domingo, 29 de septiembre de 2013

Gestión en la Incertidumbre: la teoría del caos

Una de las manifestaciones del cambio en la cultura de los países, al igual que en la de las organizaciones, es la evolución del enfoque dado a conceptos antes poco conocidos o mal interpretados, ahora de uso común e interpretación positiva. Un ejemplo que ya ha marcado un hito en esta tendencia, es el concepto de incertidumbre; si se mira hacia atrás, se observa el largo camino pavimentado con paradigmas de permanencia y confiabilidad en las proyecciones de escenarios futuros, quizás consecuencia de la estabilidad de los mercados, la casi ausente competencia y la ignorancia de los clientes, propias del ámbito organizacional de hace varias décadas.

Ahora bien, ¿Son válidos estos supuestos para alguna organización actual? En porcentajes diferentes quizás, aunque la respuesta es un rotundo no. Pero, lo más impactante es que el mundo empresarial actual ya dejó de temerle a lo desconocido (o al menos le teme menos): la incertidumbre, esa probabilidad de baja magnitud que aterrorizaba los gerentes de antaño, se está viendo como la oportunidad de lograr nuevas metas, de descubrir caminos rentables allá donde las estrategias del periodo pasado se encontraron con una calle ciega.

Vemos así como la organización competitiva de hoy viaja sobre los rieles de la gerencia estratégica, desarrollando la habilidad de cambiar a través de la flexibilidad y, mejor aún, innovando. Si en el pasado los pioneros de grandes ideas fueron vistos muchas veces como herejes de los dogmas de los negocios, hoy los estudiamos y, de ser posible, copiamos su estilo.

Dentro de las tendencias descritas, merece destacarse el impacto de la teoría del caos; la palabra caos fue entendida durante milenios como un desorden sin sentido, un adversario que debía vencerse y que perdía, supuestamente, terreno con cada ley natural descubierta, con cada norma, ley o mandato. La evolución en este campo nos trae, hoy, la aceptación de la contingencia, de lo impredecible, del desequilibrio, de la complejidad y la comprensión de que el determinismo se ve disminuido por la influencia de variaciones mínimas en la totalidad de sistemas complejos. El concepto científico de caos nos habla, en la actualidad, de interconexiones subyacentes que se manifiestan en acontecimientos aparentemente aleatorios.
¿Qué hace siempre cambiante la corriente de un río, aparentemente siempre igual?

¿Cuáles son los patrones que se descubren desde el aire en el tráfico de una gran ciudad, al cual percibimos como azaroso?

¿Cómo se manifiesta la auto organización en sistemas sociales turbulentos?

La empresa actual es consecuencia de la evolución del concepto de organización, antes máquina ahora organismo, aceptando el papel trascendental del crecimiento personal en su desarrollo pleno; el llamado efecto de la mariposa, según John Briggs y David Peat en su libro Las Siete Leyes del Caos, describe cómo el impacto de cada individuo en el sistema es la oportunidad de aprovechar el desarrollo y el cambio positivo personal, para influenciar productivamente el entorno.



Estos autores plantean así las mencionadas siete leyes:

1) Ley del vórtice: ser creativo
2) Ley de la influencia sutil: usar el efecto mariposa
3) Ley de la creatividad y la renovación colectivas: seguir la corriente
4) Ley de lo simple y lo complejo: explorar que hay en medio
5) Ley de los fractales y la razón: observar el arte del mundo
6) Ley de los rizos fractales: vivir dentro del tiempo
7) Ley de la corriente de una nueva percepción: volver a unirse con el todo

Dentro del concepto actual de complejidad, sobre el cual el autor Edgar Morín comenta “es complejo aquello que no puede resumirse en una palabra maestra, aquello que no puede retrotraerse a una ley, aquello que no puede reducirse a una idea simple”. Pareciera una tabla de salvación contar con leyes que nos ayudan a esquematizar el qué hacer: crear nuevas alternativas comprendiendo la influencia de nuestras decisiones en el sistema, seguir las tendencias positivas de cambio que se manifiestan, simplificar la gestión de procesos complejos, observar y comprender las pequeñas organizaciones e interrelaciones dentro de la organización formal, administrar nuestras actividades en el tiempo entendiendo los ritmos personales y comprender nuestro papel en la realidad holística de la sociedad.
 El autor Gary Hamel, autor de Reinventando las Bases para la Competencia, expresa: “Durante muchos años, hemos seguido un enfoque equivocado al pensar en el futuro. El enfoque primordial era predecir y tratar de identificar un futuro particular más que de desarrollar un sentido profundo de `discontinuidades´, las cosas que están impulsando el cambio, o que potencialmente podrían ser canalizadas para impulsarlo”.

 La teoría del caos nos permite proyectar una mínima parte del magnífico concierto natural en las interacciones humanas, entendiendo la entropía más allá de la termodinámica, como un elemento de destrucción creativa, a través del cual la organización se reinventa constantemente, estemos conscientes o no de ello; los valores declarados de la mayor parte de las empresas de hoy incluyen la innovación, porque sin el cambio provocado o aceptado solo queda la desaparición.

Los mercados son sistemas complejos, sobre todo en el ámbito económico, es patente el efecto de la teoría del caos, especialmente del efecto mariposa: una declaración, un hecho aparentemente aislado en una organización, institución o zona geográfica desencadena una crisis del mercado petrolero mundial o de las bolsas de valores internacionales. Así mismo, dentro de esa complejidad el fenómeno se repite en el pequeño ámbito de cada organización, donde un rumor puede afectar la productividad y/o el clima. Ambos comportamientos corresponden con un fractal: la estructura total se repite internamente en pequeña escala hasta el infinito.

La búsqueda de la desburocratización, el achatamiento y la horizontalidad de las empresas, simplificando lo complejo, el estímulo de la sinergia del talento humano para lograr sistemas alineados y realmente enfocados en una visión holística, son sólo algunos escasos ejemplos de cómo sin referencias teóricas, el navegar por el caos buscando la excelencia es parte esencial de la gestión exitosa de hoy.



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