viernes, 21 de febrero de 2014

Sócrates, Kipling y la Ingeniería de métodos


Hace más de 2400 años, nacía el hombre que creó un proceso enseñanza-aprendizaje basado en formular preguntas en vez de dar respuestas: el ateniense Sócrates. 

Abrió las puertas al pensamiento crítico, utilizando lo que se conoce en filosofía como mayéutica: plantear preguntas para sacar a la luz conceptos ocultos o aún desconocidos por el aprendiz, a través del cuestionamiento y de la construcción de conocimientos para llegar a la esencia de las cosas. El método socrático, llamado “dialéctico”, el dialogar a través de preguntas y respuestas sobre un tópico hasta llegar a la verdad, deja sentadas las bases de muchas herramientas actuales, gracias a las que se denominan “preguntas socráticas”.

Es interesante destacar el significado original del término mayéutica según la RAE: “Del gr. μαιευτική; literalmente 'técnica de asistir en los partos'; la madre del maestro de quien nos ocupamos era partera, y él entendía el saber como dar a luz un nuevo conocimiento. ¿Se mantiene en la actualidad esa analogía? En esencia sí, al dejar de lado tanto copiar y pegar, propio del superficial proceso de aprendizaje generalizado a todos los niveles; con base en la experiencia se aprecia como el constructivismo, el aprender haciendo, deviene de la dialéctica, al igual los enfoques colaboracionistas de construcción del conocimiento. ¿Y qué tiene que ver la Ingeniería de métodos con todo ésto? Veamos: se define la Ingeniería de métodos como “una de las más importantes técnicas del estudio del trabajo, que se basa en el registro y examen crítico sistemático de la metodología existente y proyectada utilizada para llevar a cabo un trabajo u operación. El objetivo fundamental del Estudio de Métodos es el aplicar métodos más sencillos y eficientes para de esta manera aumentar la productividad de cualquier sistema productivo.”, según http://ingenierosindustriales.jimdo.com/. Un conjunto de técnicas para cuestionar lo actual y construir versiones mejoradas, podría decirse; el descubrir cómo hacerlo implica el salto atrás en el tiempo, hasta llegar a Sócrates, para lo cual debemos develar los seis tipos básicos de preguntas socráticas, con sus respectivos ejemplos (resumido a partir de http://www.eduteka.org/pdfdir/PreguntasSocraticas.pdf):

  • Preguntas conceptuales aclaratorias: ¿Qué quiere decir exactamente ésto?
  • Preguntas para comprobar conjeturas: ¿Cómo puede usted verificar o negar esa conjetura, ese supuesto? 
  • Preguntas que exploran razones y evidencias: ¿Cuáles son las causas para que suceda....? ¿Por qué?
  • Preguntas sobre puntos de vista y perspectivas: ¿De qué otras maneras alternativas se puede mirar esto? 
  • Preguntas para comprobar implicaciones y consecuencias: ¿Cuáles son las implicaciones de ...?
  • Preguntas sobre las preguntas: ¿Cuál era el punto de formular esta pregunta? 

Veamos ahora una de las técnicas más sencillas pero poderosas de la Ingeniería de métodos: la técnica del interrogatorio. Aquí está:


Es indudable la influencia de las preguntas socráticas en la indagación del por qué se llevan a cabo las actividades y por qué de cierto modo, así como en el motivar a explorar otras opciones o alternativas. Sin embargo debemos reseñar la poco conocida pero también contundente influencia del escritor británico nacido en la India, Rudyard Kipling, al escribir los siguientes versos, convertidos en una de sus frases célebres:

“Yo mantengo seis honestos servidores,
(Me han dicho cuanto sé);
Sus nombres son Qué, Por qué, Cuánto,
Cómo, Dónde y Quién.”

Aunque su especialidad no era definitivamente la Ingeniería de métodos, sin duda se une a Sócrates en establecer este enfoque de cara al conocimiento construido sobre la dialéctica, que bien entendido y aplicado marca la ruta de la productividad. Kipling hace gala de un espíritu inquisitivo en las rimas reseñadas, socrático podría decirse, como el que sustenta las técnicas comentadas.

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