lunes, 30 de septiembre de 2013

Logística empresarial efectiva

La logística empresarial implica planificar, implantar y controlar los flujos de materiales, productos e información, desde el surgimiento de la necesidad, hasta su satisfacción (enfocándose en el cliente externo, pasando por el interno). Es por lo tanto imprescindible poder responder varias preguntas de manera precisa:

  • ¿Qué necesita mi cliente?
  • ¿Cuánto necesita?
  • ¿Cuándo lo necesita?
  • ¿Cómo lo necesita?
Las respuestas y las acciones que permiten satisfacer lo que éstas implican, se basan en el desarrollo de proyecciones probables de la demanda, en la sincronización de la política de servicio que se ofrece como proveedor vs. lo que el cliente considere competitivo, desarrollo de políticas de inventario realistas, gestión efectiva de la compras y proveedores, desarrollo de procesos de transporte oportunos y eficientes, almacenamiento y rotación adecuados, despacho efectivo.... . Y la lista podría seguir, pero es obvio que es el conjunto sinérgico de todos los procesos logísticos la base para la satisfacción del cliente.
El panorama se hace más complejo cuando, inexorablemente, llega el momento de plantear la siguiente pregunta:
  • ¿A qué costo?
El contexto de la logística venezolana, por ejemplo, plantea un ajedrez de costos cuyas estrategias no pueden perderse de vista dada su magnitud desmedida (estos costos existen en todo sistema logístico pero en proporciones distintas y particulares):
  • Costos de escasez (venta perdida, costos fijos sin cubrir, etc. presentes si no se tiene lo necesario para cubrir requerimientos), que dependen de la probabilidad de poder adquirir materiales, productos, respuestos e insumos requeridos para llevar a cabo las operaciones medulares del negocio, en un ambiente de poquísima oferta nacional y procesos altamente burocratizados para las importaciones, aunados al flujo controlado de divisas
  • Costos de tenencia del inventario, que presentan variaciones en cuanto a la obsolescencia (producto con fecha de vencimiento o productos con vida útil indefinida), daño (dependen del grado de fragilidad, sensibilidad a agentes atmosféricos, etc.), robos, mermas...
  • Costos de transporte que dependen de las distancias, el modo de transporte y definitivamente del estado de las vías de comunicación terrestres, así como del nivel de inseguridad imperante
  • Pero existe en el país un punto en común para todos los tipos de ítem en existencia: la faceta financiera. Los costos de adquisición cada vez más elevados implican mayor cantidad de dinero represado y consecuente costo financiero (tasa de interés) y aseguramiento, lo cual trae a colación una disyuntiva: ¿Dejar de vender para poder mantener inventarios bajos aunque insuficientes dadas las dificultades de abastecimiento, o enfrentar monumentales costos de inventarios para garantizar la satisfacción de la demanda y mantener la cuota de mercado? (Estos últimos aunados a la dificultad que implica una oferta nacional errática por las mismas razones expuestas y una oferta internacional que se nos escapa de las manos por el filtro ya indicado de las divisas y la permisología).
La respuesta única no existe, el secreto de las decisiones efectivas en el ámbito logístico estriba en analizar los escenarios de costos particulares de cada negocio. No es igual fabricar y comercializar aceite comestible que ensamblar y comercializar limusinas, el peso de los costos de escasez, tenencia de inventario y financieros son totalmente diferentes, amén del comportamiento de la demanda. Y el contexto y sus variables son elementos fundamentales del análisis a realizar como base para la toma de decisiones.
Finalmente, es importante recordar la importancia del significado del término glocal, acuñado hace pocos años para recordarnos que en un ambiente comercial y logístico global, debe considerarse el conjunto local de factores para decisiones realistas. 

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